¿Cómo empecé en el SEO?

Amalia, ¿y tú en qué trabajas?

Creo que no soy la única SEO a la que le hacen este tipo de preguntas, y no me refiero a la típica pregunta básica de saber en qué sector te mueves o a qué profesión te dedicas. A lo que me estoy refiriendo es a cuando decimos “soy SEO” o “me dedico al SEO o posicionamiento orgánico”, la gente suele quedarse igual.

Hace unos días una persona me escribió por WhatsApp porque una amiga suya le preguntó por alguien que se dedicase al marketing Digital, pero no supo en qué área específica me muevo, y me lo tuvo que preguntar. Suerte que sí sabía que era algo relacionado con el Marketing Digital.

El caso es que no se puede decir SEO a secas, porque la gente que no está metida en esto, no tiene ni idea.

Por eso suelo apuntalar la respuesta con algo como, trabajo en SEO que es posicionar de forma orgánica (lo contrario a pagar con anuncios) las palabras clave relevantes para un negocio. Si una empresa vende seguros o bicicletas, conseguir que la gente encuentre su web cuando haga esa búsqueda en Google.

Y otro de los motivos por los que la gente me pregunta, es porque puede que todavía me esté ubicando en la empresa en la que empecé a trabajar cuando aún estaba estudiando en la Universidad. Y de eso ha llovido un buen rato.

No les culpo, porque estuve muchos años ahí. Y cuando digo muchos, me refiero en realidad a demasiados, porque fueron más de 15, y los últimos fueron ya con la idea de dejarlo y buscarme la vida de otra forma.

Los miedos y el coste de oportunidad

¿Conoces el concepto de sunk cost fallacy? Te lo explico en español mejor, ¿no?

La traducción exacta no mola tanto como en inglés, pero es algo como falacia del coste hundido.

Se trata de la tendencia que tenemos los seres humanos a seguir adelante con algo por el mero hecho de que ya hemos invertido mucho tiempo, esfuerzo o dinero en ello.

Lo malo de esto es que nos lleva a dejar pasar años que son valiosos, años que podrías haberte ahorrado si hubieras tomado la decisión antes para darle la vuelta a tu vida y conseguir dedicarte a algo que te guste o que te llene.

A esto también se le conoce como coste de oportunidad, porque ¿quién sabe lo que podrías haber conseguido en esos años?

Pues algo así me pasaba, y además se sumaba el miedo de “y ahora, ¿qué hago, cómo me gano la vida?”

Porque donde trabajaba, no tenía nada que ver con Marketing Digital, era una empresa distribuidora de implantes dentales y equipamiento para odontología.

Pienso que el miedo es algo positivo, me refiero a esa sensación que al final va a conseguir que te muevas. Pero es que a veces se convierte más en pánico, y es algo que te paraliza.

En este sentido, debo de confesar que tengo suerte con la pareja que tengo y con ser algo “echada para adelante”.

La pregunta del millón, ¿te gusta lo que haces?

Como te decía, tenía miedo, alargué la decisión de dejar esa empresa bastante tiempo, hasta que dije ya no más, hasta aquí. Y no es que me tratasen mal, es que no veía crecimiento y no disfrutaba haciendo lo que hacía.

Solemos aguantar o seguir metidas en algo porque es lo que hay, es lo que paga tus gastos, y es lo que crees que sabes hacer.

Pero el mundo y las oportunidades están fuera de esa zona de confort, alejado del conformismo que te ata a algo que no te hace feliz.

¿Estás segura de que lo que haces en tu día a día te gusta? ¿Lo disfrutas? ¿Te motiva? ¿Te entusiasma?

Si la respuesta no la tienes clara, o va encaminada hacia el No, o un a veces, deberías escucharte y ver qué es lo que te gustaría hacer. E ir a por ello.

Cómo acabé metida en el Marketing Digital

En esa empresa en la que trabajé más de 15 años, aunque mi rol era otro, también me solía meter en temas de diseño, copies de catálogos, copies para la web, algo de SEO que empecé a investigar por esto de que tienes la curiosidad de ver si la web de la empresa aparecía en Google.

Yo no lo sabía entonces, porque nunca me lo había planteado, pero todo eso del Marketing Digital me llamaba la atención.

Cuando por fin tomé la decisión de dejar esa empresa, lo que sí tenía claro era que no tenía ganas de volver a trabajar en una empresa al uso, con sus horarios cerrados. Ya que dejaba esa etapa atrás, ¿por qué no empezar a poner una serie de reglas que fueran más con el tipo de vida que yo quería?

Y así empecé a formarme de manera autodidacta en Marketing Digital, y en SEO más específicamente.

Compré y realicé cursos online, leí mucho y… empezaron a aparecer oportunidades.

Al principio, los primeros clientes con los que poder poner en práctica lo que estaba aprendiendo. Y tenía miedo, pero siempre me decía “Google es mi amigo y hay muchas personas que, como yo, han pasado por esto y lo han dejado por escrito, con las que puedo aprender a encontrar soluciones”.

Además, el propio Google nos comparte toda la información para optimizar nuestros sitios web en su documentación para desarrolladores.

Tiempo después, apareció otra oportunidad: dar clases de Marketing Digital en una universidad privada.

¡Wow! Si yo nunca he dado clase.

Pero espera, que lo que me habían preguntado es si estaría dispuesta siempre y cuando pasara la prueba de pizarra.

¡Ups! ¿Qué narices es eso de la prueba de pizarra? Sonaba al típico “Amalia, a la pizarra” de los profes cuando estábamos en el cole.

Y eso era básicamente. Me preparé unos slides (o diapositivas para los hispanohablantes) y me puse frente a los pesos pesados de la universidad a hacer como que les daba una clase. Y parece ser que les gusté porque 3 meses más tarde empezábamos el curso.

Y ¿qué extraigo de esa experiencia? Además de los nervios previos a cada clase, que mientras estás enseñando, te das cuenta de que tienes que formarte más, entender mejor todo para que las personas que están al otro lado escuchándote, obtengan claridad y realmente aprendan contigo.

Es muy bonito ver que puedes ayudar a otras personas a entender y hacer crecer sus conocimientos.

Mi consejo es que nunca dejes de aprender, da igual en qué momento de tu carrera te encuentres, porque no lo sabemos todo. Y añado también, nunca dejes de preguntar, por la misma razón. Fuera miedos y vergüenzas.

La formación es vital

Y al hilo de mi frase anterior, me gustaría hacerte una pregunta: ¿Tú también tienes esa sensación de que necesitas saber un poco más para hacer mejor tu trabajo? Creo que es algo que suele darse si te formas de manera autodidacta.

Eso es lo que me pasaba, había leído mucho, hecho cursos online, visto vídeos de YouTube, trabajado con clientes, dado clases, pero en mi cabeza seguía resonando la frase “necesito saber que sé”.

Y por eso decidí invertir en un Máster de SEO avanzado.

Porque una cosa es aprender y empezar a trabajar por tu cuenta, con tus propias metodologías, y otra es aprender de profesionales del sector y de agencias, que han creado metodologías que seguramente sean más profesionales o que funcionen mejor a nivel productivo y de resultados.

Hoy en día hay más oferta de este tipo de formación. Yo me decidí por el Máster de Bigseo.

Me matriculé y le dediqué el tiempo necesario, no solo a nivel de clases y entrega de ejercicios, sino también a la parte de compartir y ayudar a través del canal de Discord que tenemos los alumnos. Esto es genial, porque no solo tienes a los “profes” para consultar dudas, es que entre todos podemos ayudarnos.

Y esto es algo que llama la atención, si eres alguien proactiva, que ayuda, puedes generar posibilidades como la que yo tuve de hacer una entrevista para entrar en la agencia a los 2 meses de haber empezado el Máster.

Y en Bigseo estuve algo más de año y medio, convirtiéndome en SEO Manager hasta que surgió otra oportunidad: ser SEO in house en Incapto.

¿Te das cuentas de que las oportunidades solo aparecen cuando te mueves? Porque podría haberme quedado en casa pensando en qué hacer, dejando que los miedos se apoderasen de mí. Pero no lo hice, mi pareja además me animó y me ayudó muchísimo.

Podemos tener una vida diferente si empezamos a hacer cosas diferentes.

Por eso te animo a que si tú también te encuentras estancada en un trabajo que no disfrutas, que solo está pagando tus facturas, pero que no te llena, empieces a moverte, a formarte y buscar oportunidades fuera de esa zona de confort.

Dedícate un tiempo, escúchate, pregúntate y conócete. De ahí saldrán muchas respuestas que te ayudarán a elegir un camino, una dirección que te lleve a lo que realmente quieres en la vida.

Cuando lo tengas, sé constante, dedícale tiempo, no pares, confía en el proceso.

Te aseguro que los resultados llegarán antes o después.